Para poder comprobar esta búsqueda todavía hay que saber lo que quiere decir buscar. Y ahí está la
clave del método. Para emancipar a otros hay que estar uno mismo emancipado. Hay que conocerse a uno
mismo como viajero del espíritu, semejante a todos los demás viajeros, como sujeto intelectual partícipe
de la potencia común de los seres intelectuales.
¿Cómo se accede a este auto conocimiento? «Un campesino, un artesano (padre de familia) se
emancipará intelectualmente si piensa en lo que es y en lo que hace en el orden social.»21 La cosa le
parecerá sencilla, e incluso simplona, a quien desconoce el peso del viejo mandamiento que la filosofía, a
través de la voz de Platón, ha dado como destino al artesano: No hagas otra cosa que lo que te es propio,
que no es pensar lo que sea sino simplemente hacer eso que agota la definición de tu ser; si eres zapatero,
debes hacer zapatos y niños que se dedicarán a hacer lo mismo. No es a ti a quien el oráculo deifico
ordena conocerse. Y aunque la divinidad juguetona se divierta mezclando en el alma de tu hijo un poco
del oro del pensamiento, es a la raza de oro, a los encargados de la ciudad, a los que corresponde educarlo
para convertirlo en uno de ellos.
RANCIERE
EL MAESTRO IGNORANTE